Enfermedad
profesional: la contraída a consecuencia del trabajo efectuado y ejecutado por
cuenta ajena y que este provocada por la acción de los elementos o sustancias y
de las actividades especificadas por ley.
Se denomina
enfermedad profesional a aquella enfermedad adquirida en el puesto de trabajo
de un trabajador por cuenta ajena, y que dicha enfermedad que este recogida por
la ley. Son ejemplos la neumoniosis, la alveolitis alérgica, la lumbalgia, el
síndrome del túnel carpiano, la exposición profesional a gérmenes patógenos,
diversos tipos de cáncer, etc.
La disciplina dedicada
a su prevención es la higiene industrial; la medicina del trabajo se
especializa en la curación y rehabilitación de los trabajadores afectados; y la
ergonomía se encarga del diseño productivo de los ambientes de trabajo para
adaptarlos a las capacidades de los seres humanos.
El cuadro de
enfermedades profesionales recoge tanto a estas, como a las actividades que
pueden causarlas. Todas aquellas enfermedades contraídas por consecuencia del
trabajo ejecutado por cuenta ajena que no estén contempladas en aquel, serán calificadas
como accidentes de trabajo.
Para calificar una
enfermedad profesional como tal, no basta con su especificación en el cuadro de
enfermedades profesionales, sino que es necesario que se haya contraído
realizando una de las actividades concretas recogidas en el, así como que haya
sido causada por un especifico agente material de riesgo, con el cual estuviera
el trabajador en contacto en su lugar de trabajo: se ha de dar, por tanto, una
interrelación entre estos tres elementos para que podamos hablar de enfermedad
profesional.
Hay 6 grupos
distintos de enfermedades profesionales con las relaciones de las principales
actividades capaces de producirlas, así como los agentes materiales de riesgo
que las provocan:
·
Enfermedades
profesionales producidas por agentes químicos (plomo, mercurio, cadmio,
manganeso, cromo, níquel, berilio, etc.).
·
Enfermedades
profesionales de la piel causadas por sustancias y agentes no comprendidos en
alguno de los apartados anteriores (cáncer cutáneo, afecciones cutáneas.).
·
Enfermedades
profesionales provocadas por la inhalación de sustancias y agentes no
comprendidos en alguno de los apartados anteriores (neumoconiosis, afecciones
broncopulmonares, asma, etc.).
·
Enfermedades
profesionales infecciosas y parasitarias (helmintiasis, paludismo, etc.).
·
Enfermedades
profesionales producidas por agentes físicos (por radiaciones ionizantes, por
energía radiante, hipoacusia, etc.).
·
Enfermedades
sistémicas o sistemáticas (distrofia, carcinoma, angiosarcoma, cáncer, etc.).
Tipos de enfermedades
profesionales.
Las enfermedades
profesionales en todos los países son objeto de especial legislación debido a
las posibilidades de indemnización que entrañan.
Como la determinación
de la naturaleza de enfermedad profesional de una dolencia adquirida por un
trabajador puede ser motivo de controversia y ambigüedades si nos atenemos a su
simple definición, estas legislaciones a menudo contienen una lista de las
enfermedades que pueden ser consideradas como profesionales siempre que
concurran el resto de, los factores involucrados; esto es, no basta con que la
enfermedad se haya contraído en el
trabajo, para ser considerada profesional, también debe estar incluida en las
dolencias legales listadas por cada una país en su cuadro de enfermedades
profesionales.
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